Cada pala es un conjunto de perfiles aerodinámicos que cambian
progresivamente su ángulo de incidencia desde la raíz hasta el extremo de la
hélice. Estos perfiles están sujetos a las mismas leyes y principios que otros
perfiles aerodinámicos, tal como el ala del avión.
Las hélices pueden estar movidas
por motores de pistón o turbinas. El acoplamiento de la hélice al motor puede
ser directo o bien mediante mecanismos reductores de velocidad.
El paso de la hélice, es el
ángulo que forma la cuerda de los perfiles de las palas con el plano de
rotación de la hélice.
Las hélices se clasifican en
hélices de paso fijo y hélices de paso variable. Una hélice de paso fijo es
aquella cuyo paso es único para todos los regímenes de vuelo; no es modificable
por el piloto. Este tipo de hélice compensa su falta de eficacia con una gran
sencillez de funcionamiento. Una hélice de paso variable posibilita al piloto
ajustar el paso de la hélice a las distintas condiciones de vuelo.
En muchos aviones las palas
pueden ajustarse desde una posición de resistencia y empuje mínimo, en las que
las palas están de canto al frente (paso bandera), a una de máxima resistencia
y máximo empuje, en la que estas están prácticamente perpendiculares al eje de
avance del avión.
El ajuste del paso de la hélice
se realiza con una palanca que, habitualmente, permite seleccionar un paso
dentro de un rango, entre un paso mínimo y un paso máximo.
El paso corto provoca menos
resistencia y permite el mejor desarrollo de la potencia del motor, más r.p.m..
Este paso incrementa el rendimiento en despegue y ascenso, pero no es adecuado
para régimen de crucero. El paso largo implica mayor resistencia y menor
desarrollo de la potencia del motor, menos r.p.m., pero mueve una masa de aire
mayor. Es el utilizado en régimen de crucero y no es eficaz en despegue y
ascenso.
El rendimiento del motor y de la
hélice varía con la densidad del aire: a mayor densidad mayor rendimiento. Como
la densidad disminuye con la altura, a mayor altura menor rendimiento de la
hélice y del motor.
Hoy en día el paso de la hélice
es controlado automáticamente sin que el piloto deba intervenir. Antes, y en
los aviones más pequeños, el piloto tenía al menos tres palancas para controlar
la potencia: una que gobernaba la potencia del motor, otra la mezcla
aire-combustible, y otra, el paso de la hélice.
Ahora muchos aviones disponen de
una sola palanca por motor, como en los reactores. Al mover la palanca adelante
y atrás, el sistema FADEC del motor, equivalente a una central electrónica de
un automovil, ajusta automáticamente estos tres parámetros para lograr el
máximo rendimiento.
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