domingo, 13 de enero de 2019

El paso de la hélice

Cada hélice está formada por un número variable de palas que giran alrededor de un eje produciendo una fuerza propulsora. 

Cada pala es un conjunto de perfiles aerodinámicos que cambian progresivamente su ángulo de incidencia desde la raíz hasta el extremo de la hélice. Estos perfiles están sujetos a las mismas leyes y principios que otros perfiles aerodinámicos, tal como el ala del avión.
Las hélices pueden estar movidas por motores de pistón o turbinas. El acoplamiento de la hélice al motor puede ser directo o bien mediante mecanismos reductores de velocidad.

El paso de la hélice, es el ángulo que forma la cuerda de los perfiles de las palas con el plano de rotación de la hélice.

Las hélices se clasifican en hélices de paso fijo y hélices de paso variable. Una hélice de paso fijo es aquella cuyo paso es único para todos los regímenes de vuelo; no es modificable por el piloto. Este tipo de hélice compensa su falta de eficacia con una gran sencillez de funcionamiento. Una hélice de paso variable posibilita al piloto ajustar el paso de la hélice a las distintas condiciones de vuelo.

En muchos aviones las palas pueden ajustarse desde una posición de resistencia y empuje mínimo, en las que las palas están de canto al frente (paso bandera), a una de máxima resistencia y máximo empuje, en la que estas están prácticamente perpendiculares al eje de avance del avión.

El ajuste del paso de la hélice se realiza con una palanca que, habitualmente, permite seleccionar un paso dentro de un rango, entre un paso mínimo y un paso máximo.

El paso corto provoca menos resistencia y permite el mejor desarrollo de la potencia del motor, más r.p.m.. Este paso incrementa el rendimiento en despegue y ascenso, pero no es adecuado para régimen de crucero. El paso largo implica mayor resistencia y menor desarrollo de la potencia del motor, menos r.p.m., pero mueve una masa de aire mayor. Es el utilizado en régimen de crucero y no es eficaz en despegue y ascenso.

El rendimiento del motor y de la hélice varía con la densidad del aire: a mayor densidad mayor rendimiento. Como la densidad disminuye con la altura, a mayor altura menor rendimiento de la hélice y del motor.

Hoy en día el paso de la hélice es controlado automáticamente sin que el piloto deba intervenir. Antes, y en los aviones más pequeños, el piloto tenía al menos tres palancas para controlar la potencia: una que gobernaba la potencia del motor, otra la mezcla aire-combustible, y otra, el paso de la hélice.

Ahora muchos aviones disponen de una sola palanca por motor, como en los reactores. Al mover la palanca adelante y atrás, el sistema FADEC del motor, equivalente a una central electrónica de un automovil, ajusta automáticamente estos tres parámetros para lograr el máximo rendimiento.


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