Son las inspecciones visuales en aquellos lugares
inaccesibles para el ojo humano, realizadas
con la ayuda de un equipo óptico, el boroscopio.
Son imprescindibles para inspeccionar las partes internas sin
realizar grandes desmontajes de partes.
En el interior del tubo del boroscopio hay un sistema
telescópico con numerosas lentes, que aportan una gran definición de la imagen,
y está equipado con una intensa fuente de luz, para definir mejor la imagen.

La principal ventaja de este tipo de inspecciones es que facilitan
el mantenimiento de la turbina sin tener que desmontar nada, y permiten guardar
las imágenes, para su consulta posterior.